Silencios



lunes, 8 de diciembre de 2008

Dos ¿replicantes? ¿humanos?





Rachael: Cree que soy una replicante, ¿verdad? [ Rachael muestra una foto a Deckard ] Mire. Soy yo con mi madre.

Deckard: Sí. ¿Recuerda cuando tenía seis años? Usted y su hermano se metieron en un edificio vacío por la ventana del sótano. Iban a jugar a médicos. Él le enseñó su sexo, y, cuando le tocaba hacerlo a usted, se avergonzó y corrió. ¿Lo recuerda? ¿Nunca se lo ha contado a nadie? ¿A su madre? ¿A Tyrell? ¿A alguien?¿ Recuerda ese avión de papel que recogió del suelo durante el patio de colegio? Nunca supo de donde vino, pero al desmontar el avión se encontró con la pregunta de toda la vida...

Rachael: ...la pregunta de toda la vida...

Deckard: Pero...

Rachael: Pero ahora ya no la recuerdo.

Deckard: Implantes. Esos no son sus recuerdos. Son los de algún otro: los de la sobrina de Tyrell.

Deckard: Está bien. Un mal chiste. He hecho un mal chiste. Usted no es una replicante. Váyase a casa, ¿de acuerdo? No, no, de veras. Lo siento. Váyase a casa. ¿Quiere una copa? Le serviré una. Voy por ella.


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